Agropecuarios en emergencia por falta de insumos
En el mes de agosto, los agropecuarios se declararon en emergencia y dieron a conocer los temas de la agenda que deberían ser atendidos por el Gobierno. Se instalaron mesas técnicas y las mismas han avanzado poco, e incluso algunos temas no han tenido ningún tipo de avances.
En este sentido, es el compromiso de producir el que los impulsa para continuar arriesgándose a pesar de las adversidades que les plantea la naturaleza, la falta de diésel y los precios elevados de insumos y semillas para producir. “Sin diésel no podemos producir, el tener la seguridad jurídica para nuestras tierras y tener acceso a la tecnología”, afirmó el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO).
Desde Anapo se informó que las campañas de invierno y verano dejarán de producir más de 2.6 millones de toneladas. “Solo en la campaña de verano, hemos tenido una pérdida cercana a los 500 millones de dólares”, afirmó Jaime Hernández, gerente de Anapo. De igual manera, Eduardo Cirbián, presidente de Fedeple anunció que se disminuyeron 80.000 litros de leches al día en su producción ante la falta de diésel para producir el forraje.
Los ganaderos sufren por la falta de lluvia que genera sequía y falta de pasto. El 60% del hato ganadero se concentra en la Chiquitania, donde los incendios arrasaron todo a su paso. “Hay un 20% de esos animales que se están quedando sin agua y obviamente se están quedando sin forraje”, sostuvo el representante ganadero.
La sequía es un factor que se ha ido acrecentando en los últimos años y se vuelve recurrente en el departamento. Frente a ello, los productores generan pérdidas significantes que no los deja recuperarse e incluso los obliga a tomar otros caminos, cambiando el rubro de productor.
Los productores aseguraron sentirse desmotivados al haber sido golpeados por bastante tiempo. Por su parte, Gonzalo Vásquez, representante de Fenca, anunció una escasez de arroz, debido a una disminución que se registró en la anterior campaña por el tema de la sequía.
El arroz, ingrediente primario en la comida de la población, empezó a escasear y de inmediato se registraron filas de personas en Emapa para comprar una roba de forma controlada.
Amas de casas y padres de familia tienen que dormir el día anterior para conseguir el producto, que en los mercados de abastecimiento se los encuentra hasta en 18 bolivianos el kilo, dependiendo de la calidad, el más barato a 10 bolivianos.
En busca de una solución
Ante los reclamos y emergencia de la población, las autoridades tomaron medidas para evitar que el grano salga de contrabando y afecte el mercado. Los productores sugirieron la importación. El gobierno accedió a este pedido y firmó un decreto de importación de arroz con arancel cero hasta finales de año.
Difiere al cero por ciento el gravamen arancelario para la importación de arroz para importar por lo menos para tres meses de diciembre, enero y febrero.
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