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La biodiversidad de los Itonamas, del Territorio Indígenas Multiétnico 1 (TIM1) y del Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) está amenazada por los desmontes y los incendios forestales, mientras sus territorios sufren la presión de los ganaderos y el impacto de la sequía.
Así lo hicieron conocer los indígenas de los tres territorios, ubicados en el departamento de Beni, durante el taller “Consulta sobre biodiversidad” que desarrolló la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (Pbfcc) el 11 y 12 de noviembre, en San Ignacio de Moxos.
Cada territorio trabajó un mapa parlante en el que identificaron los recursos y biodiversidad que tienen, así como los problemas y amenazas. Todos coincidieron en señala como principales problemas a los desmontes, los incendios, la sequía y la falta de agua potable, así como el avasallamiento de sus territorios por parte de los ganaderos y su ganado.
Otto Colpari Cruz, técnico de la Pbfcc, manifestó que la gran problemática para el TIM1 y TIMI son los avasallamientos. “Los ganaderos y privados están haciendo disminuir el territorio. Ahí es que están perdiendo tierra, que ya habían saneado y que no están logrando enfrentar a los avasalladores”, analizó.
En el taller, que es parte del proyecto de consulta a pueblos indígenas sobre su visión de conservación de la biodiversidad, contó con la participación de representantes de los pueblos indígenas Itonama, Mojeño Ignaciano, Mojeño Trinitario, Movima, Yuracaré y Tsimane.
Tanto en plenaria como en el trabajo de los grupos, los participantes analizaron la situación de la flora y la fauna en sus territorios, así como de los recursos, principalmente de las fuentes de agua. Un problema en común que se está presentando en sus territorios son los incendios que ha provocado la pérdida de sus fuentes de vida, afectando sus cultivos lo que repercute en su falta de alimentos.
María Rosario Cunavi Yuco, presidenta del TIMI, afirmó que en todas las comunidades de su territorio hubo incendios que son provocados en su mayoría por los ganaderos que rodean al TIMI. “Hemos visto que muchos animalitos se han quemado como el taitetú, el jochi y eso son pérdidas para nosotros, para nuestra alimentación porque también se han quemado en nuestros chacos los plátanos, la yuca y otros”, dijo Cunavi.
Otra de las amenazas a su biodiversidad son los desmontes, señalan que hay mucha extracción de madera en sus territorios por terceros. “A los que sacan la madera les beneficia porque obtienen ingresos económicos, pero a nosotros nos afecta porque están tumbando el monte, estamos perdiendo los árboles”, describió el joven Diego Armando Guareba Melgar, de la comunidad Lacayoba, ubicada en el territorio indígena Itonama.
La información preliminar recogida durante el taller deja ver que en esos territorios tienen sistemas agroforestales y que practican una agricultura y ganadería que no es invasiva, sino que está relacionada a la seguridad alimentaria de subsistencia de las familias indígenas. “En cuanto a sus ecosistemas prácticamente los tienen bien conservado, con abundancia de naturaleza y especies, pero la gran presión para todos es la ganadería extensiva de los empresarios”, analizó Colpari.
Para el técnico de la Pbfcc, los territorios indígenas son zonas de conservación y el Estado tendría que poner dinero para que así se mantengan. Sin embargo, el mismo Estado representa un peligro para esas zonas de conservación porque prioriza las actividades extractivas.
Esto pasa en el TIM1 cuyo territorio tiene una “loma santa”, un espacio de conservación estricta definida por sus habitantes, cerca del cual se tiene proyectado realizar actividad hidrocarburífera, una situación que tiene preocupados, principalmente a los jóvenes, como Clara Rossell.
“Los jóvenes queremos que las autoridades nacionales respeten nuestros territorios, porque el gobierno central viene y dice aquí vamos a poner una empresa para extraer los minerales y no ve las afectaciones que tenemos en nuestros territorios, en nuestras vidas. Por ejemplo, nosotros tenemos un área de conservación y queremos que eso nos lo respete”, demandó Rossell.
Colpari remarcó la importancia de asegurar que los territorios indígenas, sus ecosistemas y su biodiversidad se mantengan bien gestionados y protegidos en coordinación con los actores locales.
DERECHOS Y EL MARCO SOBRE BIODIVERSIDAD
En el taller se realizó una explicación sobre los derechos individuales y colectivos y el Marco Global sobre Biodiversidad. Presentación de la relación entre los pueblos indígenas y el Marco Mundial para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal.
Mario Laura, técnico de la Pbfcc, se encargó de explicar sobre la necesidad de contar con una normativa que incluya los derechos de la conservación de la biodiversidad. Por su parte, Colpari destacó la importancia de integrar los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas en la gestión y conservación de la biodiversidad, como lo establecen las metas del Marco Mundial de Biodiversidad.
El Marco Mundial para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal, aprobado en 2022 con el objetivo de salvaguardar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad, tiene cuatro objetivos y 23 metas que cumplir para el 2050.
Entre las 23 metas que deben alcanzarse para 2030 figuran la conservación de al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas, la restauración del 30% de los ecosistemas degradados, la reducción a la mitad de la introducción de especies invasoras y el descenso de US$ 500.000 millones al año en subvenciones perjudiciales.
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